Quote from Deleted user on September 13, 2023, 6:25 pm

El artículo “Los efectos positivos y negativos en el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación en educación”, de María Elena Rumiche Valdez y Beymar Pedro Solis Trujillo, ambas egresadas de la Universidad César Vallejo en Perú, nos adentran en el debate sobre los efectos positivos y negativos de las TIC en la educación y sus efectos y cambios en la sociedad. Esta transformación ocurre con la llegada del COVID-19. Esta realidad hizo migrar de manera urgente, y atropellada en muchos casos, de una educación tradicional, en la sala de clases, hacia una que tenía que ser innovadora, incorporando las TIC en el proceso de enseñanza aprendizaje, y que necesitaba de nuevos replanteamientos educativos, sin embargo, todo cambio repentino puede tener aspectos positivos y negativos como nos presentan las autoras en su análisis.

La continuidad de los servicios esenciales tuvo que hacerse a través de diferentes plataformas electrónicas que permitieran que nuestra sociedad se moviera y tratara de continuar mientras la pandemia se controlaba. Para las autoras, quienes decidieron hacer una búsqueda de literatura en diferentes repositorios, se les permitió tener una idea clara sobre tales efectos. Entre los efectos positivos que evidencian en su investigación, las TIC en la educación proveen un espacio de aprendizaje colaborativo entre los estudiantes que les permitirá tener conocimiento sobre las destrezas digitales que cada ser humano debe aprender y dominar para sobrevivir en un mundo cambiante como el que estamos. Les ofrecerá practicar su escritura y desarrollar esas áreas lingüísticas que muchas veces no logran desarrollar. También mencionan que el uso de las TIC permite que las familias se unan al proceso de aprendizaje ya que ocasiones están junto al alumnado y se provee un espacio de colaboración. De igual manera se permitió, con la integración de las TIC, mejorar el manejo del tiempo, pues según expresan las autoras los estudiantes sentían mayor motivación para la construcción de su conocimiento y de esa manera expresar el aprendizaje adquirido a través de diferentes plataformas o aplicaciones durante sus clases virtuales.

Así mismo, se encontró que había efectos negativos que debían ser señalados y atendidos para mejorar cualquier práctica futura que involucre a las TIC. Primero, el ciberacoso continúa siendo una preocupación genuina para todos los que trabajan con jóvenes por lo que tener una educación sobre lo que es y cómo evitarlo es fundamental. La internet está llena de muchísima información, pero no toda está correcta, por lo que resulta fundamental el enseñar a los jóvenes en dónde buscar y cómo reconocer que la información que están incluyendo en sus trabajos es real. Segundo, se señaló en el artículo la importancia de evaluar qué tanto el sedentarismo se estaba dejando pasar al tener a jóvenes atrapados constantemente frente a sus aparatos tecnológicos sin supervisión o sin ninguna actividad física, pues esto resultaría en un efecto de bola de nieve que le daría libertad al joven a estar metido en su teléfono o computador y no tener socialización, algo que a esa edad es sumamente importante como parte de su proceso de crecimiento y desarrollo humano, social y emocional.

Sin duda ambas autoras lograron identificar varios aspectos que como educador pude identificar en mi propia praxis durante la pandemia. Puerto Rico se unió, como todo el mundo, al uso de las TIC para continuar la educación. Admito que tuve suerte al tener estudiantes de grado doce y once, pues a esa edad la responsabilidad y la atención puede ser mejor, pero de igual forma representó retos como el poder contar con la familia para que se hicieran parte del proceso aprendizaje, pues en muchas ocasiones tuve padres o madres que me indicaban a través de correos electrónicos o Microsoft Teams, que desconocían cómo conectarse desde otro aparato para poder ayudar a sus hijos en caso de que el servicio eléctrico o de internet dejara de funcionar. Esto, como en muchos países, demostró la gran brecha digital y social que existe en nuestro país, pero que se pudo palpar durante la pandemia. Sumémosle que una gran mayoría de nuestros jóvenes no contaban con supervisión en el hogar lo que hizo que el sedentarismo se uniera al libertinaje extremo y como consecuencia un bajo aprovechamiento académico que luego sería adjudicado al mal uso de las TIC por parte de los educadores.

A manera final, el artículo presenta muchos efectos que debemos de evaluar y profundizar para evitarlos, buscar crear soluciones reales y alcanzables que permitan que las TIC no sean condenadas o señaladas como un mal, sino como un recurso adicional a las prácticas diarias que tenemos, para permitir que la educación, en todas sus áreas, se logre, se fomente y se respete como el gran cambio social que representa y ejecuta en nuestra educación y población, pues es lo único que no se podrá eliminar de nuestras mentes. ¡Lo bien aprendido, perdura!

 

Rumiche, M. y Solis, B. (2021). Los efectos positivos y negativos en el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación en educación. Hamutay, 8 (1), 23-32. http://dx.doi.org/10.21503/hamu.v8i1.2233